El parón de la principal planta japonesa de
semiconductores causa problemas a las compañías del automóvil Las
marcan recurren a la flexibilidad, pero GM salva las afecciones.
La
capital mundial del automóvil se ha trasladado a la ciudad japonesa de
Hitachinaka, situada a medio camino entre Tokio y Fukushima. El parón de
la producción de una fábrica de chips debido a los daños causados por
el terremoto y el tsunami de marzo ha puesto en jaque a los gigantes de
la automoción y de la electrónica, que se han visto obligados a parar
fábricas en todo el mundo, incluidas algunas españolas como la de
General Motors (GM) de Figueruelas. La catástrofe natural ha evidenciado
de nuevo la fragilidad de la globalización de la industria y su sistema
de aprovisionamiento.
Los operarios de la fábrica de Renesas en
Hitachinaka trabajan frenéticamente y codo con codo con empleados de
empresas clientes para reanudar la producción de chips que regulan el
funcionamiento del motor, los frenos y la dirección de un coche. Los
diminutos semiconductores de Renesas forman parte de los 30 o 100 chips
que utilizan los vehículos para su funcionamiento básico. La
importancia estratégica de esta factoría se explica porque produce el
25% de los componentes que suministra Renesas, que a su vez controla el
41% de las ventas mundiales de chips para automóviles.
La planta es
la que ha sufrido más daños de las cinco de Renesas afectadas por el
seísmo y la ola gigante. La fusión formalizada hace un año entre
Renesas, una sociedad en la que participan Hitachi y Mitsubishi, y Nec
Electronics reforzó la cuota de mercado del grupo.
Los fabricantes de
automóviles más afectados por la falta de chips han sido las marcas
japonesas, el grupo francés PSA (Peugeot-Citroen) y General
Motors-Opel. En España, las plantas de PSA en Vigo y Madrid y la de Opel
en Figueruelas han tenido que detener la producción algún día por
falta de componentes.
De todas formas, la repercusión en la planta
aragonesa ha sido muy baja, auque se perdieron algunos turnos de
producción. La compañía ha conseguido asegurarse el suministro desde
otros países y no prevé tener problema a medio plazo.
Sin embargo,
en otras factorías españolas los problemas pueden reaparecer después de
Semana Santa. Nissan prevé 'alteraciones' en el calendario de
producción en las fábricas de Barcelona y de Ávila, que ensambla
camiones, por lo que negociará aplicar la flexibilidad interna.
En
este sentido, el responsable de automoción de UGT, Rogelio Mena, afirma
que intentarán evitar la presentación de nuevos expedientes de
regulación de empleo (ERE) temporales. 'Utilizaremos un activo
importante que tenemos como es la flexibilidad interna mediante las
bolsas de horas, paros industriales o bajando la cadencia de las cadenas
de producción', explica.
El desabastecimiento provocado por el terremoto de Japón sugiere una revisión de algunos elementos del sistema del just in time
aplicado a la industria para reducir costes. 'El sistema tiene
elementos desfavorables --dice Mena-- porque al no haber estoc provoca
cierres de plantas. Además, centrar el aprovisionamiento de componentes
en un solo proveedor causa problemas graves como se ha visto ahora'.
Para
los consumidores, los inconvenientes de este pequeño chip pueden
incluir el retraso en la entrega de coches o aparatos electrónicos o
tener que escoger un color diferente al que quería. Uno de los
componentes que también escasean es un pigmento con efecto cristal que
produce la multinaiconal Merck en una planta japonesa afectada por el
seísmo. Algunas marcas de coches están restringiendo su gama de colores
por carecer de ese pigmento.